Y es que el bloque blanquinegro salió muy serio, concentrado, fiel a su estilo. Y lo hizo de forma muy valiente y ambiciosa ante el vigente campeón de Liga. Y en un visto y no visto le había marcado dos goles a la siempre segura retaguardia atlética, que no se lo podía creer. De un plumazo el marcador estaba 2-0 y con Mestalla volcada al máximo con sus jugadores que interpretaron de cine el buen trabajo de la semana en los entrenamientos.
De esa forma, un balón largo de Mustafi al área fue introducido en propia puerta por Miranda ante la media salida de Moyá. Los nervios atenazaron a los de Simeone en una indecisión del meta y el central. Con 1-0 y la afición enloquecida llegó una acción personal de Andre Gomes, quien tras hacer varios ‘driblings’ batió con la izquierda al portero rojiblanco. El huracán Valencia CF se estaba llevando tras de sí a todo un campeón de Liga BBVA.
El Atlético estaba noqueado, desconocido, casi hundido. Su rival jugaba a placer y poco después el central Otamendi establecía el 3-0 de un precioso y contundente cabezazo al saque de un córner, y el delirio y el éxtasis se trasladaban a la grada de un abarrotado estadio, que estaba encantado por el vendaval de juego y ocasiones de sus pupilos. Trece minutos mágicos habían aniquilado a su enemigo.
Sin embargo, los del Calderón no están arriba por casualidad, tienen mucho potencial y en un disparo lejano de Tiago, Mandzukic lo aprovechó para hacer el 3-1. De la nada, los de Simeone maquillaron el resultado y se volcaron más sobre el área blanquinegra.
Casi al borde del descanso una mano de Gayá tras empujón de Mandzukic fue señalado como penalti por Teixeira Vitienes ante el enfado de los jugadores valencianistas. Siqueira asumió la responsabilidad, pero se topó con el gigante Diego Alves, todo un especialista en amargar a los lanzadores desde los once metros. Y el meta, una vez más, hizo pequeña la portería a su contrincante y le detuvo el lanzamiento a su compatriota.
Una acción muy importante dado que instantes después el colegiado pitó el final de una increíble primera mitad con un conjunto de Nuno impresionante que tuteó al Atlético y al que le marcó tres goles en siete minutos fulgurantes y apoteósicos, del 6 al 17.
Tras el descanso, el partido fue igual de intenso aunque el Atlético dio ya varios pasos al frente en busca de goles. Eso sí, con su táctica habitual de buscar faltas y más faltas en las bandas para su peligrosidad a balón parado. Así iba marcando territorio con la permisividad del árbitro que caía una y otra vez en la facilidad a la hora de caerse de los rojiblancos. Mientras, el Valencia CF se defendía con mucho orden, con mucha solidaridad entre los futbolistas ante un enemigo que sabe apretar el acelerador cuando la ocasión lo requiere. Aún así, Alcácer, al primer palo, a punto estuvo de hacer el cuarto con un desmarque al primer palo pero no controló el remate.
Pero este Valencia CF sabe sufrir y adaptarse al estilo de su rival. El Atlético provocaba faltas sin serlo y los de Nuno trabajaban al máximo, paraban el partido, lo aceleraban y chocaban con sus rivales con fuerza. La lucha táctica se imponía sobre las ocasiones que eran escasas, pero la emoción era increíble. Ambos equipos luchaban con intensidad por dominar lo indominable y el corazón prevalecía sobre la calma. Y Mestalla y su afición estaban achuchando a los suyos y al árbitro, empeñado en señalizar faltas y más faltas al Atlético.
Los últimos minutos fueron apasionantes con un gran Valencia CF que tuvo que sacar fuerzas para parar la máquina visitante que achuchó todo lo que pudo por marcar algún gol. Los cambios de Nuno dieron frescura y mayor combatividad si cabe. Orban, Filipe y Feghouli se integraron entre sus compañeros y le dieron aún más chispa a un equipo que va creciendo partido a partido y que está ilusionando mucho a su afición. Al final, victoria muy importante por 3-1 y Mestalla sigue siendo un fortín inexpugnable esta temporada. Cuatro choque en casa, cuatro triunfos, doce goles a favor y sólo dos en contra, Números, sin duda, para ilusionar.